jueves, 20 de octubre de 2016

SUEÑOS PERDIDOS (Herbert Gutarra Serpa)

Una de mis películas favoritas es Mystic River de Clint Eastwood. Película del 2003 que me dejó impactado por muchas razones. Una de ellas: la escena de la ejecución de Dave Boyle (Tim Robbins) a manos de Jimmy Markum (Sean Penn). Ambos ganadores del premio Oscar por sus actuaciones en esa cinta.

Pienso insistentemente en lo que le dice Dave Boyle a Jimmy Markum antes de que este último lo mate. Dave, de rodillas, ruega por su vida repitiendo que él no mató a la hija de Jimmy. Intenta, por todos los medios posibles, de convencer a su viejo amigo de que es inocente, pero Jimmy Markum ya ha tomado su decisión. Solo quiere oír la razón por la que Boyle cometió el asesinato.

Con la esperanza de que, si confiesa, Markum lo dejará vivir, Boyle dice acepta que es el asesino. Antes de matarlo, Markum le hace la pregunta obvia: ¿por qué? Y se produce el siguiente diálogo:

- She reminded me of a dream I had.
- What dream?
- A dream of youth. I don't remember having one.
- So it was the dream?
- The dream, yeah. You'd know what I mean if you'd got in that car instead of me.

La noche de su asesinato, la hija de Markum, con su juventud y belleza, le recordó a Boyle la vida que él no pudo tener, la vida que le arrebataron aquellos pedófilos que lo secuestraron cuando él era apenas un niño. El trauma de este secuestro lo lleva a vivir agobiado por sus recuerdos, por la vida que quiso y no pudo tener. El tormento de su existencia termina cuando Markum lo libera de ella con un disparo.

Poco después, nos enteramos de que Boyle era inocente, él no mató a la hija de Markum. Sin embargo, aunque él no la mató, la pregunta surge inquietante: ¿tenía deseos o motivos para hacerlo? ¿podemos decir que, realmente, era “inocente”?

Pienso en ello y en la angustia que siento ahora, producto de mis propios sueños perdidos. Los sueños que jamás se cumplieron y que jamás se cumplirán. Y me pregunto ¿quién me robó los sueños a mí? ¿seré capaz de matar a alguien o de, por lo menos, desearlo? Y, sobretodo, ¿quién me librará de esta atormentada existencia?