jueves, 11 de febrero de 2010

MURDOCK Y KELLY: SALVADOS -ACCIDENTALMENTE- POR EL AMOR (Huicho Ninamango Pimentel)


Si hay algún rasgo que comparten los cuatro variopintos miembros de “Los Magníficos” (The A-Team) es, sin duda, la impostura. Impostura a la que se ven obligados a recurrir para escapar de la implacable persecución de la que son víctimas. Pero, sobretodo, para terminar con éxito los trabajos en los que son requeridos.
El caso más paradigmático es, sin duda, el del teniente Templeton Peck (“Fas”), al que vemos adoptando en cada capítulo una (a veces varias) identidad distinta que, aunada a su talento natural para la estafa, hacen de él un perfecto timador. “Fas” vive del engaño, de la representación, del fingimiento, es decir, de la impostura. Nunca es él mismo sino cuando está a solas o con los demás miembros del equipo. El resto del tiempo si no está representando un papel para obtener algo de alguien (inspector de sanidad, agente de seguros, vendedor, etc.), está intentando seducir a alguna mujer con sus modales refinados y sus aires de hombre de mundo.
A diferencia del coronel Jhon Smith (“Aníbal”), la impostura de “Fas” es más verbal que física, engaña y persuade con su elocuencia y su seguridad. La impostura de “Aníbal”, en cambio, tiene dos aspectos, el primero es su insuperable talento para el disfraz. Mientras que Peck no necesita ocultar su físico –al contrario, le conviene mostrarlo y explotarlo- “Aníbal” oculta su rostro y su figura tras delirantes disfraces (una anciana, un bodeguero chino, un indigente ebrio, etc.) que lo vuelven indetectable. El objetivo de “Aníbal” no es obtener algo de alguien, sino todo lo contrario, pasar desapercibido, camuflarse camaleónicamente para observar sin ser observado, aquilatar la astucia del oponente, anticipar sus movimientos y así elaborar un plan, que es el segundo aspecto de su impostura. Este otro aspecto es más sofisticado y se manifiesta en sus ingeniosas trampas y estratagemas que desconciertan al enemigo. “Aníbal” engaña, provoca, tiende emboscadas, lleva a sus adversarios hasta donde quiere y, finalmente, los vence.
Por su parte, el sargento Mario Barackus (B. A. Barackus, en la versión original en inglés) es quizás el personaje menos complejo de los cuatro. Su labor y su significado para el grupo se limitan al impresionante físico del moreno. Encarna la fuerza bruta y, por eso, no puede ser sutil ni sofisticado. Su impostura se manifiesta precisamente en eso, en encarnar al tipo rudo, matonesco, peligroso, con el que nadie desearía tener un desaguisado. Cuando la pelea es inminente, vemos aparecer a Mario en escena, su presencia es disuasiva, amenazadora, atemorizante; no dice nada, no tiene que hacerlo, su mirada hosca y su figura hercúlea se imponen en la escena y los chicos malos lo piensan dos veces antes de iniciar el pleito. Pero que esta es una impostura y no el verdadero Mario Barackus lo sabemos por la empatía y generosidad que muestra con los niños. Barackus es él mismo únicamente cuando hay algún niño involucrado en la misión, entonces se deja llevar por la ternura, abandona su papel de ogro y se muestra vulnerable y sensible.
Pero, entre todos, el personaje más entrañable y de imposturas más memorables es, de lejos, el capitán H. M. Murdock. A diferencia de “Aníbal”, los disfraces de Murdock no buscan camuflarlo ni hacerlo pasar desapercibido, tampoco busca obtener algo de alguien como “Fas”, ni mucho menos disuadir o impresionar como Barackus. La impostura de Murdock es solo para él mismo y tal vez por eso sea inexacto llamarla impostura. Porque a diferencia de sus compañeros, Murdock no interpreta ningún papel, no es consciente de estar simulando o actuando para alguien, Murdock vive realmente lo que proyecta: Murdock es el “Llanero Solitario” cuando debe salvar a unos caballos salvajes, es el “Oso Fumarola” cuando le toca ayudar a los bomberos, es “El Caballero del Camino” cuando lo requieren para rescatar una empresa de taxis. Murdock nunca es él mismo, siempre es alguien más.
Aún cuando podría argüirse que la esencia de Murdock es, precisamente, su falta de esencia, esa capacidad para ser alguien más; considero que la única ocasión en que vemos al verdadero Murdock, sin “imposturas”, es cuando conoce –accidentalmente- a la doctora Kelly Stevens y se enamora de ella. Sólo entonces Murdock deja de ser alguien más y es, por fin, él mismo.
Con su amor, Kelly regresa a Murdock a su centro perdido, lo salva de caer en la impostura infinita, de extraviarse a sí mismo, de desaparecer en el fingimiento y el engaño que lo rodean. Pareciera decirle, como el poeta español Pedro Salinas: “Quítate ya los trajes, las señas, los retratos; yo no te quiero así, disfrazado de otro, hijo siempre de algo. Te quiero puro, libre, irreductible: tú”.

"Come on, come on. Turn a little faster. Come on, come on. The world will follow after. Come on, come on. Cause everybody's after love."

6 comentarios:

Álvaro Acevedo dijo...

"El amor es un gesto muy fuerte porque significa que hay que aceptar que la existencia de otra persona se convierta en nuestra preocupación. Mi idea sobre la reinvención del amor quiere decir lo siguiente: puesto que el amor se refiere a esa parte de la humanidad que no está entregada a la competencia, al salvajismo; puesto que, en su intimidad más poderosa, el amor exige una suerte de confianza absoluta en el otro; puesto que vamos a aceptar que ese otro esté totalmente presente en nuestra propia vida, que nuestra vida esté ligada de manera interna a ese otro, pues bien, ya que todo esto es posible ello nos prueba que no es verdad que la competitividad, el odio, la violencia, la rivalidad y la separación sean la ley del mundo. El amor está amenazado por la sociedad contemporánea. Esa sociedad bien quisiera sustituir el amor por una suerte de régimen comercial de pura satisfacción sexual, erótica, etc. Entonces, el amor debe ser reinventado para defenderlo. El amor debe reafirmar su valor de ruptura, su valor de casi locura, su valor revolucionario como nunca lo hizo antes. No hay que dejar que el amor sea domesticado por la sociedad actual –que siempre busca domesticarlo–. En otros tiempos, las sociedades clericales y tradicionales buscaron domesticarlo por el matrimonio y la familia. Hoy se busca domesticar al amor con una mezcla de pornografía libre y de contrato financiero. Pero debemos preservar la potencia subversiva del amor y apartarlo de esas amenazas. Y ello es extensivo a otras cosas: el arte debe también apartarse de la potencia del mercado, la ciencia igualmente. Allí donde hay un pensamiento humano activo y desinteresado hay un combate para liberarlo de los intereses" (A. Badiou)

Anónimo dijo...

Belissa Quispe

El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.
No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.El amor nunca deja de ser.

Bingo!!! el amor nunca dejo de ser. entonces qué pasó?, es aqui donde discrepo contigo querido álvaro. El amor no necesita ser reinventado,los que tenemos que reinventarnos somos nosotros, porque hemos permitido que la sociedad nos vendan una "idea" del amor ,y que se muestre como un oportunidad meramente comercial. Olvidando así su escencia, más que recibir es dar.

Por su parte, la iglesia ha servido como vocero de un mandato divino, puesto que es DIOS que se goza de la unión entre dos personas.Recordemos que fue Él quien creó a Adán y de la costilla saco a Eva para hacerle ayuda idonea( Genesis 1:27).

Así que, el matrimonio no fue creado por los hombres sino por Dios.

Huicho Ninamango Pimentel dijo...

Disculpen que intervenga en su conversación, pero quisiera decir un par de cosas.

Si la memoria no me falla, Belissa alguna vez escribió: “El amor nos vuelve locos”. Supongo que Badiou le habría dicho: Así es, Belissa, el amor nos vuelve locos y de lo que se trata es, precisamente, de sostener esa locura más allá de cualquier discurso que quiera limitarlo. Por ello, me parece que, cuando Álvaro cita a Badiou y dice que hay que reinventar el amor, está asumiendo que el amor ha sido “domesticado” por distintos discursos de la sociedad contemporánea que prefieren la seguridad de lo conocido al riesgo de la locura. Entonces, reinventar el amor implicaría despojarlo de discursos y afirmar su carácter subversivo.

Sin embargo, cuando Belissa cita a 1 Corintios (13,8) y dice que “el amor nunca deja de ser”, está planteando que el amor nunca perdió su condición de acto revolucionario. Entiendo que, para ella, a pesar de los discursos que quieren “domesticarlo” y apagarlo, el amor siempre mantuvo su esencia, porque el amor siempre es; por esta razón, “los que debemos reinventarnos somos nosotros”.

La pregunta, entonces, es ¿Cómo podríamos reinventarnos? Badiou dice que “bajo el efecto de un encuentro amoroso, y si quiero serle fiel realmente, debo recomponer de arriba abajo mi manera ordinaria de ‘habitar’ mi situación”. Para él, ser fiel a un encuentro amoroso, es decir, luchar por vivir ese sentimiento más allá de cualquier discurso limitante, implicaría reinventarnos.

En tanto esta reinvención implica a otra persona, quizás Álvaro recordará (otra vez) a Pedro Salinas:

Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo,
nadador por tu fondo, preciosísimo.
Y cogerlo
y tenerlo yo en alto como tiene
el árbol la luz última
que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú
en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él
subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan só1o a tu pasado
con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo
de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces le conteste
la nueva criatura que tú eras.

Anónimo dijo...

Una lástima que sacaran el video que habías colgado originalmente, era el más completo y bien editado. Aunque hay otros, como este: http://www.youtube.com/watch?v=dRsPTZFXJlI

Will dijo...

Me parece muy interesante el análisis que haces acerca de las imposturas de los 4 magníficos originales.
El análisis que haces acerca de Murdock y el amor que encontró. A mi parecer se vería más completo si también lo hubieras hecho para los otros 3.
Hannibal, Fas y Marío también encontraron una pareja del cual se enamoraron.

Will dijo...

En el caso particular de Murdock.
Es más evidente el cambio que sufre cuando encuentra a Kelly puesto que tiene que adoptar una postura (en su caso una postura estática a su carácter y temperamento). Sino le costaria mucho más la manera de como llevar una relación sentimental.